España vive el peor año de incendios en tres décadas, con más de 348.000 hectáreas arrasadas tras un agosto devastador.
España atraviesa un verano devastador por los incendios forestales y los datos ya sitúan a 2025 como el peor año en más de treinta años. Según el sistema europeo EFFIS (European Forest Fire Information System), hasta mediados de agosto se han quemado más de 348.000 hectáreas, superando las 306.000 destruidas en 2022, que hasta ahora representaba el registro más grave del siglo XXI.
Un agosto brutal
Hasta el inicio del mes, las estadísticas reflejaban cerca de 47.000 hectáreas arrasadas, pero en apenas dos semanas esa cifra se multiplicó por ocho debido a una sucesión de grandes incendios en Galicia, Castilla y León, y Extremadura, regiones golpeadas por temperaturas extremas, sequías prolongadas y fuertes rachas de viento.
Datos del Gobierno y contraste con Europa
El Ministerio para la Transición Ecológica había estimado hasta el 10 de agosto unas 139.000 hectáreas afectadas, pero la evolución posterior duplicó esa superficie en cuestión de días. Las estimaciones satelitales del programa europeo Copernicus elevan el total anual a 344.000 hectáreas, lo que confirma la magnitud del desastre.
Impacto humano y ambiental
Los incendios han provocado miles de evacuados, viviendas destruidas y graves daños en ecosistemas forestales y agrícolas. También se han visto afectados tramos del Camino de Santiago y espacios naturales protegidos. Expertos advierten que la combinación de olas de calor cada vez más frecuentes, sequías extremas y abandono rural está creando un escenario recurrente de mega incendios.
Emergencia climática en el centro del debate
La gravedad de la situación ha intensificado el debate político en torno a la emergencia climática y las medidas de prevención. Desde el Gobierno se plantea un gran pacto nacional contra el cambio climático, mientras las comunidades autónomas reclaman más recursos para afrontar incendios de una magnitud que se repite año tras año.
Con las cifras en ascenso y agosto aún sin concluir, 2025 ya se proyecta como el año más devastador para los bosques españoles desde que existen registros comparables.
Portugal también enfrenta una situación crítica, con una superficie quemada significativamente más alta que el año anterior y numerosos incendios activos. El país ha desplegado casi 4.000 bomberos para combatir al menos siete incendios de gran magnitud, mientras prorrogaba el estado de alerta.
El primer ministro portugués describió la emergencia como una situación de “guerra”, señalando que en lo que va del año la superficie afectada supera en un 72 % la del mismo período de 2024, y solo en agosto se quemaron más de 30.000 hectáreas




