El centrista proeuropeo Nicușor Dan ha ganado las elecciones presidenciales de Rumanía, imponiéndose en la segunda vuelta celebrada el 18 de mayo de 2025 con el 53,6 % de los votos frente al ultranacionalista George Simion, quien obtuvo el 46,4 %.

La victoria de Dan, actual alcalde de Bucarest y exlíder del partido Unión Salvar Rumanía (USR), representa un giro hacia la estabilidad institucional y el fortalecimiento de los lazos con la Unión Europea y la OTAN. Su campaña se centró en la lucha contra la corrupción y la defensa del Estado de derecho, en contraste con la retórica nacionalista y euroescéptica de Simion, líder de la Alianza para la Unión de los Rumanos (AUR).

La participación electoral alcanzó un 64,7 %, la más alta en tres décadas, impulsada en gran parte por el voto de la diáspora rumana en Europa Occidental. Este resultado se produce tras la anulación de las elecciones de 2024, en las que el prorruso Călin Georgescu había ganado la primera vuelta, pero fue descalificado por presunta injerencia rusa.

Aunque Simion inicialmente aceptó su derrota, posteriormente anunció su intención de impugnar los resultados alegando irregularidades, aunque aún no ha presentado pruebas concretas. Mientras tanto, el Partido Socialdemócrata (PSD) enfrenta una crisis interna tras la dimisión de su líder, Marcel Ciolacu, debido al pobre desempeño de su candidato, Crin Antonescu.

La elección de Dan ha sido recibida con alivio en Bruselas, ya que se interpreta como una reafirmación del compromiso de Rumanía con los valores democráticos y su integración europea, en un contexto de creciente influencia de movimientos populistas y prorrusos en la región.