El Instituto Nacional de Estándares y Tecnología (NIST) de Estados Unidos enfrenta una crisis sin precedentes debido a recortes presupuestarios ordenados por la administración Trump y ejecutados por el Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE), liderado por Elon Musk. Se anticipa el despido de hasta 500 empleados, incluyendo expertos en inteligencia artificial (IA) y técnicos especializados.
Estos recortes han generado preocupación en la comunidad científica y tecnológica, ya que podrían debilitar la posición de Estados Unidos en el ámbito de la IA. La eliminación de personal clave amenaza con retrasar proyectos críticos y disminuir la capacidad del país para competir a nivel global en innovación tecnológica.
Además, la implementación de estas medidas ha sido objeto de controversia debido a la falta de transparencia en el proceso de despido y a la incertidumbre que enfrentan los empleados federales. La situación ha provocado protestas y demandas legales por parte de los afectados, quienes buscan revertir lo que consideran decisiones arbitrarias y perjudiciales para el progreso científico y tecnológico del país.