En las primeras horas posteriores al acuerdo de alto el fuego entre India y Pakistán en la disputada región de Cachemira, se registraron explosiones en las ciudades de Srinagar y Jammu. Las autoridades de Pakistán han denunciado que estas explosiones constituyen una violación del acuerdo firmado, responsabilizando directamente a India. Por su parte, India rechazó categóricamente las acusaciones, afirmando que no tienen fundamento y que la seguridad en la región continúa siendo su prioridad.

El acuerdo de alto el fuego, firmado apenas horas antes, buscaba poner fin a años de enfrentamientos y tensiones constantes entre las dos potencias nucleares en la Línea de Control (LoC). Sin embargo, estas explosiones recientes ponen a prueba la frágil tregua, despertando temores sobre una posible escalada en la violencia en la región, que ha sido escenario de conflictos intermitentes durante décadas.

Fuentes oficiales de ambos países aún no han confirmado el número exacto de víctimas o daños materiales. Mientras tanto, la comunidad internacional sigue con atención la evolución de la situación, preocupada por las posibles repercusiones que podría tener en la estabilidad del sur de Asia.