La agencia calificadora Moody’s ha retirado la última nota perfecta que mantenía sobre la deuda de Estados Unidos, rebajando la calificación crediticia del país en respuesta al aumento persistente del déficit fiscal y los elevados costos del servicio de la deuda. Esta decisión marca un momento simbólico en la historia financiera de la nación, ya que Estados Unidos pierde su estatus de crédito perfecto con las tres principales agencias calificadoras.
Moody’s justifica la rebaja en la falta de medidas fiscales efectivas por parte del Congreso y la Casa Blanca para frenar el gasto público y controlar el déficit. La agencia advirtió que el deterioro continuo de la situación fiscal estadounidense, combinado con una creciente carga por intereses debido a las tasas más altas impuestas por la Reserva Federal, ha debilitado el perfil crediticio del país.
Aunque el Tesoro de EE. UU. reaccionó señalando que la economía estadounidense sigue siendo sólida y que el país mantiene su capacidad de pago, los analistas advierten que esta decisión podría aumentar los costos de financiamiento del gobierno y generar preocupaciones adicionales en los mercados financieros.
El informe de Moody’s también resalta la incertidumbre política como un factor de riesgo clave, especialmente en un contexto donde el debate sobre el techo de la deuda y el control presupuestario se ha vuelto cada vez más polarizado.
Con esta rebaja, Moody’s se alinea con las decisiones tomadas anteriormente por otras agencias como Fitch y Standard & Poor’s, que ya habían degradado la calificación de EE. UU. en años anteriores por motivos similares.