El gobierno argentino, liderado por el presidente Javier Milei, ha puesto en marcha un nuevo paquete de medidas económicas orientadas a facilitar la regularización de dólares no declarados y fomentar la repatriación de divisas, en un intento de dinamizar el mercado financiero y afianzar la estabilidad de la economía nacional.
La decisión, que incluye una flexibilización de los controles sobre el mercado paralelo de divisas y nuevos incentivos fiscales para quienes declaren activos en el exterior, llega en un momento de progresiva recuperación tras meses de ajustes estructurales, liberalización de precios y reformas fiscales impulsadas por la administración libertaria.
Según fuentes oficiales del Ministerio de Economía, el nuevo esquema permitirá a los argentinos declarar dólares informales o “dólar colchón” a cambio de beneficios impositivos y mayor libertad de movilidad financiera, bajo el compromiso de reinvertir parte de esos fondos en instrumentos financieros o en sectores estratégicos como construcción, energía o exportación.
El ministro de Economía, Federico Sturzenegger, aseguró que “estas medidas no son una amnistía, sino un puente hacia la formalización del ahorro privado argentino, que durante décadas se ha visto expulsado del sistema financiero nacional por la desconfianza y la inestabilidad”.
Los efectos iniciales no se hicieron esperar. En las últimas semanas, el dólar blue ha mostrado una tendencia a la baja y los bonos soberanos han registrado un repunte moderado. La inflación mensual, que durante 2024 llegó a picos superiores al 20%, se ha desacelerado, ubicándose en torno al 7% en abril de 2025, según datos preliminares del INDEC.
Además, los mercados valoraron positivamente la decisión del Banco Central de mantener la política de metas monetarias estrictas, a la par de una eliminación progresiva del financiamiento monetario del Tesoro. El riesgo país descendió por debajo de los 1,800 puntos por primera vez en seis meses, y el índice Merval ha acumulado un alza del 12% en mayo.
Sin embargo, economistas críticos advierten sobre el impacto social del programa económico de Milei. La caída del gasto público, los recortes en subsidios y la liberalización de precios han generado tensiones en sectores vulnerables, con aumento de protestas sociales y reclamos sindicales. No obstante, desde el gobierno sostienen que las bases de una nueva estabilidad macroeconómica están en marcha, y que los efectos positivos llegarán a más sectores conforme avance 2025.
Desde el sector privado, cámaras empresariales destacaron el “ordenamiento monetario y fiscal” como condición necesaria para atraer inversión extranjera y estimular la actividad productiva. La medida sobre los dólares no declarados fue bien recibida por los mercados bursátiles y las casas de cambio, que ven en ello una oportunidad de “blanqueo selectivo” sin repetir errores de ciclos anteriores.
En el contexto regional, Argentina busca reposicionarse como un destino de inversión con reglas claras, marco legal estable y menores restricciones cambiarias. La experiencia de Milei, aunque polémica, está siendo observada con atención por analistas internacionales que siguen de cerca las reformas económicas en América Latina.