La Organización Mundial del Comercio (OMC) emitió un fallo favorable a la Unión Europea (UE) en su disputa con Indonesia sobre las restricciones al uso de aceite de palma como materia prima para biocombustibles. El panel de la OMC determinó que las medidas adoptadas por la UE son consistentes con las normas comerciales internacionales, aunque señaló ciertas deficiencias en la forma en que fueron diseñadas y aplicadas.
Este dictamen guarda similitudes con el emitido el 4 de marzo de 2024 en un caso similar entre la UE y Malasia, otro de los principales productores de aceite de palma, que también cuestionó las restricciones europeas ante la OMC. En ambos casos, el organismo consideró que las políticas europeas se ajustan a las reglas comerciales internacionales.
Contexto de las medidas de la UE
La UE promueve el uso de energías renovables, estableciendo un objetivo mínimo del 10 % en su uso en el sector transporte. Sin embargo, decidió excluir progresivamente los biocombustibles elaborados con aceite de palma de sus políticas hasta 2030, argumentando que su producción contribuye significativamente a la deforestación global. Según el bloque europeo, las plantaciones de aceite de palma reemplazan bosques o tierras destinadas a la producción de alimentos, lo que representa un impacto ambiental negativo.
Indonesia y Malasia, que juntos representan el 85 % de la producción mundial de aceite de palma, han desafiado estas restricciones debido a su impacto en las exportaciones. Además de ser un insumo clave para biocombustibles, el aceite de palma es ampliamente utilizado en las industrias alimentaria y cosmética. Otros países productores, como Colombia, Ecuador, Honduras y Guatemala, también tienen una participación relevante en el mercado.
El fallo y su impacto
El caso de Indonesia fue tratado de manera independiente después de que el país solicitara en marzo de 2024 una suspensión temporal de su disputa. Aunque el fallo de la OMC reconoce ciertos problemas en la implementación de las medidas, respalda la posición general de la UE. Esto podría tener implicaciones para futuros litigios y para la política comercial y ambiental de otros países exportadores de aceite de palma.